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Arzobispo arremete contra la ONU y sus estados miembros por ignorar persecución a cristianos

Arzobispo arremete contra la ONU y sus estados miembros por ignorar persecución a cristianos

JOHN WESSELS/AFP via Getty Images

Los cristianos son perseguidos con violencia en todo el mundo, mientras que los gobiernos y los organismos internacionales siguen ignorando la crisis, afirmó un alto diplomático del Vaticano, el arzobispo Paul Richard Gallagher, quien acusó a Naciones Unidas y a sus estados miembros de no responder a lo que describió como la persecución religiosa más grave y extendida del mundo.

El arzobispo Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, declaró ante la Asamblea General de la ONU que más de 360 millones de cristianos viven en lugares donde se enfrentan a altos niveles de discriminación y violencia, según la Agencia de Noticias Católica.

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Afirmó que los ataques han aumentado en los últimos años e incluyen la destrucción de iglesias, el encarcelamiento, el desplazamiento forzado y asesinatos.

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“Los datos demuestran que los cristianos son el grupo religioso más perseguido del mundo”, afirmó Gallagher. “Sin embargo, la comunidad internacional parece hacer la vista gorda ante su sufrimiento”. También criticó la erosión de la libertad religiosa en un sentido más amplio, calificándola como una de las amenazas más urgentes para la paz.

En sus comentarios, Gallagher vinculó la persecución de los cristianos a un fracaso mayor por parte de las instituciones mundiales en la defensa del derecho a la creencia y expresión religiosa. Sostuvo que la verdadera libertad religiosa debe permitir a los individuos y a las comunidades practicar y profesar su fe pública y privadamente, sin obstrucciones.

También condenó lo que describió como una “cultura de la muerte” promovida a través del aborto y la eutanasia, e hizo un llamado a las naciones para que defiendan la vida desde la concepción hasta la muerte natural. “El derecho a la vida”, dijo, es un “prerrequisito fundamental para el ejercicio de todos los demás derechos”.

Gallagher también advirtió sobre el creciente uso de la gestación subrogada, calificándola como una violación de la dignidad de las mujeres y los niños. La Santa Sede, afirmó, renovaba su llamado a una prohibición internacional de esta práctica, informó Vatican News.

A lo largo de su discurso, el arzobispo enmarcó la negligencia mundial hacia la persecución de los cristianos como parte de un colapso moral más amplio, donde los intereses económicos y políticos han reemplazado los derechos humanos básicos. Citó una serie de crisis, como la pobreza, los conflictos armados, el cambio climático y la desigualdad sistémica, que, según él, continúan erosionando la dignidad y la estabilidad.

Pidió la condonación de las deudas de los países más pobres, argumentando que estas obligaciones atrapan a las naciones en la pobreza y deberían ser perdonadas como una cuestión de justicia. Instó a un nuevo compromiso mundial con políticas de desarrollo humano que pongan a las personas en el centro de la planificación económica.

El mes pasado, Bill Maher, presentador del veterano programa de HBO “Real Time”, criticó a los medios de comunicación y al discurso público estadounidense por ignorar los asesinatos a gran escala de cristianos en Nigeria.

“Están intentando literalmente aniquilar a la población cristiana de todo un país”, dijo Maher, refiriéndose a los ataques del grupo terrorista islamista Boko Haram. “Si no sabes lo que está pasando en Nigeria, tus fuentes de noticias son pésimas”.

La representante Nancy Mace, republicana por Carolina del Sur, quien formaba parte del panel de Maher, lo elogió por plantear el tema y criticó lo que, según ella, era una falta de cobertura mediática.

Maher señaló que, desde 2009, más de 100.000 cristianos han sido asesinados en Nigeria y 18.000 iglesias han sido quemadas.

Gallagher también abordó numerosos focos de conflicto y crisis mundiales, como Ucrania, la República Democrática del Congo y Siria. Reiteró el llamado del Papa León XIV a un alto el fuego inmediato en Ucrania y denunció los ataques que violan el derecho internacional humanitario.

El representante de la Santa Sede argumentó que la paz mundial no puede lograrse a través de la política de poder o la escalada militar, e instó a las naciones a invertir en diplomacia, desarme y desarrollo. Propuso que una fracción del gasto militar mundial se redirija a erradicar la pobreza, el hambre y la degradación climática.

También se refirió a la necesidad de reformar la ONU y volver a los principios fundamentales de la Carta de 1945, afirmando que el actual sistema multilateral sufre una “crisis de credibilidad”. La ONU, aseveró, debe evitar ser diluida por nuevas ideologías y, en cambio, centrarse en los objetivos originales de paz, justicia y respeto a la ley.

El Papa León XIV también ha pedido que la ONU sea un foro para la claridad moral y la acción colectiva, no una plataforma para luchas de poder ideológicas.

Gallagher advirtió al organismo de la ONU que el silencio y la inacción ante tal violencia equivalen a complicidad. Dijo que la libertad de religión no es solo la ausencia de persecución, sino la capacidad de vivir la propia fe plenamente y sin miedo.

El arzobispo concluyó su discurso instando a los gobiernos del mundo a priorizar la protección de los más vulnerables, incluidos aquellos que son blanco de ataques por sus creencias, y a rechazar las políticas que reducen a las personas a unidades económicas o peones políticos. Describió a los pobres como potenciales constructores de un futuro más humano.