El pastor bautista reformado Samuel Renihan renuncia tras confesar adulterio
El destacado pastor bautista Samuel D. Renihan ha renunciado a su cargo como pastor principal de la Iglesia Bautista Reformada Trinity en La Mirada, California, tras confesar haber mantenido una relación adúltera.
“He pecado de una manera sumamente inicua. Esta semana pasada se descubrió que he cometido adulterio. El Señor, cuyo Espíritu nos anhela celosamente (Santiago 4:5), el Señor, que es vengador de todo esto (1 Tesalonicenses 4:6), expuso mi pecado. Para mi gran vergüenza, no fui yo quien lo sacó a la luz”, escribió Renihan el lunes en su blog Petty France.
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Renihan, cuyo padre es el destacado pastor bautista reformado James Renihan, es muy conocido en la comunidad bautista reformada y es autor de varios libros, entre ellos El Misterio de Cristo y su Pacto.
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La Iglesia Bautista Reformada Trinity no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios de The Christian Post.
En su confesión pública, Renihan utilizó múltiples pasajes de las Escrituras para definir su “pecado de dura cerviz” y dijo que cayó en la arrogancia.
“Como ministro, debería haber dado el ejemplo en santidad, pero por mi falta de santidad me he vuelto estéril e ineficaz (2 Pedro 1:8), una advertencia, un ejemplo que nunca debe ser imitado (1 Timoteo 5:20)”, declaró. “Advertencias tan claras deberían haberme disuadido del pecado en primer lugar, pero fui el mayor de los necios”.
Aunque no compartió muchos detalles sobre su pecado, Renihan dijo que “leí una carta de confesión a mi iglesia, renuncié al oficio de pastor y me sometí al juicio y la disciplina de la iglesia”.
“Estoy profundamente avergonzado de mi pecado. Todo pecado merece la condenación, pero algunos pecados son mucho peores que otros, y el mío es sumamente inicuo. La única manera en que puedo honrar y glorificar a Dios, y la única manera en que puedo hacer algo para ayudar a aquellos a quienes he herido, es a través de la gracia del arrepentimiento”, añadió. “Las Escrituras dicen: ‘Con amor inquebrantable y fidelidad se expía la iniquidad, y con el temor del SEÑOR uno se aparta del mal’ (Proverbios 16:6). Yo temo al SEÑOR, y por su gracia y ayuda mostraré amor inquebrantable y fidelidad a Dios, a mi esposa y a la iglesia de Cristo”.
Renihan, quien ha escrito para organizaciones como Ministerios Ligonier, dijo que también confesó su pecado a “diversas instituciones y organizaciones” con las que estaba afiliado para que “sus buenos nombres no se vean mancillados por mi pecado”.
“También he retirado de la publicación mis obras teológicas autopublicadas”, añadió. “Doy gracias a Dios porque mi esposa, en su gracia, me ha perdonado. Me he humillado ante Dios como un pecador inicuo, orando para que Él me levante. Y ahora me humillo ante una audiencia más amplia, pidiendo únicamente que me perdonen mi hipocresía y den gloria al Buen Pastor que nunca deja ni desampara a su rebaño. Por su gracia, que mi arrepentimiento sea tan notorio como mi pecado”.
La confesión del pastor ha resonado en la comunidad bautista reformada y ha generado numerosos comentarios públicos en línea, entre ellos el de su colega, el pastor bautista reformado Bill Rhetts, quien calificó la noticia de “desgarradora” en una declaración en X.
“Esto es desgarrador. Lloré mucho mientras lo leía. Francamente, tuve que hacer una pausa antes de terminar de leerlo”, escribió Rhetts. “Conocía a Samuel Renihan de nuestra Asociación de Iglesias Bautistas Reformadas del Sur de California (SCARBC). Aunque tenía edad para ser mi hijo, me consideraba un novato a su lado y sentía que podía aprender del intelecto que EL SEÑOR le había dado”.
A pesar de su decepción, Rhetts animó a los cristianos a hablar más abiertamente sobre el adulterio y dijo que la confesión pública de Renihan “se hizo de la manera correcta”.
“Por muy pecaminoso que haya sido esto, nunca diría: ‘¿Cómo pudo hacer eso?’ o ‘¡Yo nunca haría eso!’. Entiendo lo poderosa que puede ser la atracción de una mujer. Entiendo la Palabra autoritativa que me dice que ‘mire que no caiga’”, escribió Rhett. “Si alguna vez ha habido una confesión pública de pecado y una profesión de arrepentimiento que se haya hecho de la manera correcta, es esta. Sigamos orando por Renihan, su esposa, su familia y su iglesia. Solo por la gracia de Dios no sigo ese camino, siendo el pecador que soy”.
