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Adviento pasado, presente y futuro: Cada llegada de Jesús es importante

Adviento pasado, presente y futuro: Cada llegada de Jesús es importante

"Christkindlmarkt" Mercado de Adviento frente al ayuntamiento de Viena, Austria, 22 de diciembre de 2015. | | Reuters/Heinz-Peter Bader

“¡Es la época más maravillosa del año!” Si aún no has escuchado a Andy Williams cantar esa canción en un sistema de sonido de una tienda departamental o en un comercial, lo harás. Y escucharla probablemente te impulsará a cantarla o al menos a sonreír porque todos están de acuerdo en que la Navidad es una temporada maravillosa y alegre.

Bueno, tal vez no todos.

Si somos honestos, a veces nuestra alegría navideña está teñida de frustración y depresión. ¿Por qué sucede esto? ¿Qué tiene la Navidad que crea tanta alegría en un momento y desazón en otro?

Creo que tiene algo que ver con la forma en que anticipamos la Navidad. En lugar de reflexionar de antemano sobre su verdadero significado, esperamos hasta que la Navidad nos abrume con sus imágenes y sonidos, tradiciones y cenas, y la conmoción y el frenesí de tratar de hacer todo a tiempo. Y antes de que nos demos cuenta, el significado y la alegría de la Navidad desaparecen.

La buena noticia es que no tiene por qué ser así. Hay una manera de vivir la Navidad que preserva su alegría y realza su verdadero significado. Se llama Adviento, y tiene que ver con esperar la Navidad en lugar de dejarse abrumar por ella. Más que una forma más de celebrar la Navidad, el Adviento conlleva la idea de prepararse para la Navidad en lugar de responder a ella.

Adviento proviene de la palabra latina adventus, que significa venida o llegada. Cuando se relaciona con la Navidad, el Adviento tiene que ver con la venida de Jesucristo al mundo. La forma tradicional de celebrar el Adviento es anticipar la venida de Cristo encendiendo una vela cada uno de los cuatro domingos previos al día de Navidad. Me gusta esta tradición, pero quiero sugerir un marco para el Adviento basado en el tiempo (pasado, presente y futuro) y la forma en que Jesús encaja en cada uno de ellos.

El Adviento del pasado

El nacimiento de Jesús fue un acontecimiento histórico, predicho por los profetas y anunciado a un grupo de pastores por un ejército de ángeles. La venida de Jesús a la Tierra es el núcleo del Adviento porque su nacimiento fue su primera llegada.

La razón por la que Jesús vino se expresa en el versículo más famoso de la Biblia: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). El Adviento de Jesús en el pasado ocurrió porque Dios nos ama tanto. Pero el Adviento no termina con su primera llegada.

El Adviento del presente

Para quienes vivimos en el presente, la llegada de Jesús adquiere un significado ligeramente diferente. Jesús vino para que las personas quebrantadas y pecadoras pudieran reconciliarse con Dios. Resucitó de entre los muertos y ascendió al cielo, donde existe hoy, en tiempo real, dispuesto y listo para entrar en los corazones y perdonar los pecados de quienes lo invitan a sus vidas.

Al principio del ministerio de Jesús, le trajeron a un hombre paralítico para que lo sanara. Esta dramática escena está representada de manera hermosa y poderosa en “The Chosen”, la serie de varias temporadas sobre la vida de Jesús y sus seguidores elegidos. Tengo el privilegio de trabajar con Come and See, la organización sin fines de lucro que hace posible que “The Chosen” se produzca, traduzca y distribuya al mundo. He visto esta escena en particular muchas veces y nunca deja de desatar un torrente de emociones.

Aquellos que bajaron al hombre paralítico por el techo creyeron que Jesús podía sanar a su amigo. Debido a su fe, Jesús lo sanó, pero no antes de perdonarle sus pecados. Verás, el cuerpo del hombre no era lo único que estaba paralizado. Su espíritu también estaba paralizado y quebrantado. Ese era el tema que más preocupaba a Jesús. La sanidad física es solo para esta vida, pero la sanidad espiritual es para la eternidad.

La Navidad está llena de muchas emociones: esperanza, paz, amor y alegría, pero sin el perdón (el resultado de la Navidad) no podemos experimentar plenamente el amor de Dios (la razón de la Navidad).

Es por eso que el Adviento presente es tan significativo y tan poderoso. Como dice “Gozo para el mundo”, “Que cada corazón le prepare lugar”. Jesús llegará a cada corazón que le haga lugar.

Adviento futuro

La traducción latina de Adviento proviene de la palabra griega Parousia, utilizada en el Nuevo Testamento para referirse a la segunda venida de Cristo. De hecho, según los mismos profetas que predijeron la primera llegada de Jesús, el Rey de reyes llegará a la tierra una segunda vez en algún momento en el futuro.

Adviento pasado, Adviento presente, Adviento futuro. Cada una de estas llegadas de Jesús es importante, y no sólo para ahora, sino para la eternidad. Con eso en mente, hagamos todo lo posible esta Navidad para anticipar su primera venida y prepararnos para la segunda venida de Jesús al mundo.