Supuestas apariciones de Jesús en Francia "no son sobrenaturales", declara el Vaticano

El Vaticano ha declarado que las supuestas apariciones de Jesucristo en Francia hace décadas "no son sobrenaturales", citando numerosas inconsistencias entre los pronunciamientos con respecto las supuestas apariciones y la doctrina de la Iglesia Católica.
En un documento publicado la semana pasada, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe de la Iglesia Católica Romana informó al obispo de la Diócesis de Bayeux-Lisieux en Francia que las supuestas apariciones de Jesucristo en Dozulé, Francia, reportadas en la década de 1970, "no tienen un origen sobrenatural".
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Las apariciones se relacionan con la historia de que Jesús se le apareció decenas de veces a Madeleine Aumont, una madre de cinco hijos, entre 1972 y 1978.
La carta responde a una solicitud del obispo francés para que el Vaticano lo autorice a emitir una declaratio de non supernaturalitate, concluyendo que las supuestas apariciones no tienen "una fuente divina auténtica".
"El mensaje principal asociado a las supuestas apariciones de Dozulé incluye la petición de construir una cruz luminosa, denominada 'la Cruz Gloriosa' (la Croix Glorieuse), de 7.38 metros de altura y visible desde lejos, como símbolo de la redención universal y señal de la Segunda Venida del Señor en gloria", escribió el Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe de la Iglesia Católica, el Cardenal Víctor Manuel Fernández.
"Los supuestos mensajes incluyen exhortaciones a la conversión, la penitencia y la contemplación de la Cruz, temas centrales de la fe cristiana", añadió Fernández. "Pero los mensajes también plantean algunas cuestiones teológicas delicadas que requieren ser clarificadas, para que la fe de los fieles no se vea expuesta al riesgo de distorsión".
Las supuestas apariciones comparaban repetidamente la cruz propuesta con la ciudad de Jerusalén, señala Fernández, insistiendo en que "Esa madera, levantada en el Calvario, se ha convertido en el signo real del sacrificio de Cristo, que es único e irrepetible".
"Por esta razón, cualquier otro 'signo' de la cruz —ya sea devocional o monumental— no puede ser considerado en el mismo plano", escribió el prefecto. "Así, parece engañoso, tanto teológica como pastoral-simbólicamente, comparar la 'Cruz Gloriosa' de Dozulé con la Cruz de Jerusalén".
Una señal de alerta, subrayó Fernández, son las proclamaciones de la supuesta aparición de que la "Cruz Gloriosa" "quitará todo pecado".
"Para que un signo de fe sea auténtico, debe conducir a las personas a Cristo, no atraer la atención sobre sí mismo. La Cruz de Jerusalén es el 'sacramento del sacrificio salvador', mientras que una cruz monumental como la de Dozulé corre el riesgo de convertirse en 'el símbolo de un mensaje autónomo', separado de la economía sacramental de la Iglesia".
"Ninguna cruz, ninguna reliquia y ninguna aparición privada pueden reemplazar los medios de la gracia establecidos por Cristo", añadió Fernández.
Su documento expresó preocupación por la insistencia en que la "Cruz Gloriosa" "quitará todo pecado", así como por la promesa supuestamente hecha en otra aparición de que "Todos los que vengan a arrepentirse al pie de 'la Cruz Gloriosa' [de Dozulé] serán salvos".
El líder vaticano subrayó que la Iglesia Católica "enseña que el perdón no procede de un lugar físico, sino de Cristo mismo; la remisión de los pecados se recibe a través de los sacramentos —en particular, el Sacramento de la Penitencia— y ningún objeto material puede reemplazar la gracia sacramental".
Fernández dijo que la afirmación hecha por la aparición contradice la doctrina de la Iglesia Católica de que "la mera realización de un acto externo —como visitar un lugar determinado o tocar una cruz— no es en sí misma suficiente para la remisión de los pecados".
"En cambio, lo que se requiere es el arrepentimiento interior y la absolución del sacerdote, el signo visible del perdón de Dios", escribió.
Como se destaca en la carta, los obispos anteriores de Bayeux-Lisieux han llegado a la misma conclusión de que las apariciones no eran auténticas. La carta se emite después de que su oficina llevara a cabo un "examen exhaustivo del fenómeno en cuestión" en un intento de "llevar todo el asunto a una resolución concluyente".
Una lista de normas para proceder en el discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales, compilada por Fernández el año pasado, afirma que "Dios está presente y activo en nuestra historia", y añade que "el Espíritu Santo también puede llegar a nuestros corazones a través de ciertos acontecimientos sobrenaturales, como apariciones o visiones de Cristo o de la Santísima Virgen, y otros fenómenos".
Al mismo tiempo, la lista de normas advirtió que algunos pueden afirmar haber visto apariciones de Jesucristo para obtener "beneficios, poder, fama, reconocimiento social u otro interés personal".