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Liderar como Jesús: 7 principios eternos para el éxito moderno

Liderar como Jesús: 7 principios eternos para el éxito moderno

iStock/Wirestock

El sol se reflejaba en la superficie del agua mientras las manos curtidas de dos pescadores trabajaban sus redes con la esperanza de obtener una buena captura para sustentar su magro sustento. El Mar de Galilea era un capataz duro.

El clima local fue dinámico, con temperaturas cálidas en verano, temperaturas frías en invierno y temporadas de lluvias impulsadas por el viento que podrían cambiar el escenario sin previo aviso. Esta combinación climática, junto con el duro trabajo físico, hizo que estos dos pescadores se endurecieran ante las realidades del duro entorno que los rodeaba.

Pedro y Andrés eran candidatos poco probables para un puesto ministerial típico. Hasta donde sabemos, no tenían experiencia ministerial previa. Ningún deseo declarado para el ministerio. Sin formación en el seminario. Sin embargo, Pedro y Andrés, sin experiencia previa ni aspiraciones a puestos ministeriales, estaban a punto de embarcarse en un viaje de liderazgo y transformación, ofreciéndonos lecciones aplicables a todos nosotros.

Imagínese el momento monumental en el que Jesús, caminando por la orilla, llamó a Pedro y a Andrés: “Seguidme, y os haré pescadores de hombres. “Solo sabían de pescar peces reales, pero este nuevo llamado a discipular a la gente surgió aparentemente de la nada. No hubo nada aleatorio en la selección de Jesús. Sabía a quién iba a llamar mucho antes de que escucharan su voz. Jesús los llamó y ellos respondieron, junto con otros diez para formar el grupo de 12 discípulos improbables.

Surge la pregunta: ¿cómo este grupo heterogéneo de 12 hombres, anteriormente pescadores, un recaudador de impuestos, un fanático, un médico y comerciantes, se convirtieron en ministros dinámicos dispuestos a servir y seguir a Jesús? Seguramente el llamado del Maestro fue el punto de partida y en el transcurso de unos pocos años, estos hombres no calificados se convirtieron en discípulos maduros listos para llevar adelante el Evangelio después de la ascensión de Jesús. Estaban equipados para “ir y hacer discípulos”.

Los Evangelios son más que un relato histórico; son una clase magistral de liderazgo transformador, de la que podemos extraer lecciones eternas. Al examinar los Evangelios, hay siete maneras en que Jesús equipó a estos 12 para alcanzar el éxito.

1. Jesús dio el ejemplo

Prueba Bíblica: “Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo os he hecho” (Juan 13:15 NVI).

Jesús siempre guio con el ejemplo. Su disposición a lavar los pies de sus discípulos mostró humildad y deseo de servir. Quería dar ejemplo a sus discípulos durante su estancia en la tierra.

Aplicación en la actualidad: así como Jesús mostró humildad y voluntad de servir, nosotros debemos demostrar los comportamientos y actitudes que deseamos ver en los demás. Con el tiempo notarás que tu equipo refleja tu comportamiento. En pocas palabras, modele el comportamiento que desea ver en aquellos a quienes dirige. Aprenderán más observándote de lo que podrías enseñarles verbalmente.

Reflexiona sobre tus interacciones diarias: ¿De qué manera puedes demostrar un liderazgo de servicio en tu propio círculo de influencia esta semana?

2. Jesús hizo la inversión de tiempo

Prueba Bíblica: “Saliendo de aquella región, viajaron por Galilea. Jesús no quería que nadie supiera que estaba allí, porque quería pasar más tiempo con sus discípulos y enseñarles… (Marcos 9:30-31 NTV).

Jesús quería dedicar tiempo a enseñar a sus seguidores más leales. Él tenía una meta, no sólo hacer discípulos de ellos, sino empoderarlos para que fueran hacedores de discípulos. Entonces, dedicó tiempo y energía a enseñarles, capacitarlos y conectarse con ellos.

Aplicación moderna: Ya sea que estés liderando un equipo en el trabajo o dirigiendo a tu familia en casa, este punto es vital. El tiempo que invierta en conectarse y enseñar a otros será una de las mejores inversiones que haga en su vida. Su disponibilidad debe ir más allá de los momentos en que transmite órdenes. Los líderes más fuertes se conectan de manera relacional y conocen el valor de su tiempo, usándolo sabiamente para desarrollar, capacitar, alentar y proyectar una visión.

Reflexiona sobre tus interacciones diarias: ¿estás buscando tiempo para conectarte con quienes te rodean de una manera significativa?

3. Jesús delegó y potenció la colaboración

Prueba bíblica: “Y llamó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos (Marcos 6:7 NVI).

Jesús sabía que la delegación, el empoderamiento y la colaboración tendrían un mayor alcance y efecto. Les dejó claro cuál era su nivel de autoridad, comunicando y delegando adecuadamente deberes a cada discípulo. También optó por enviarlos de dos en dos para colaboración y apoyo.

Aplicación moderna: Puede que seas un gran líder, pero no es posible que puedas hacerlo todo tú mismo. De hecho, la falta de delegación muestra una falta de maduración en las habilidades de liderazgo. Es importante aprender a delegar adecuadamente la autoridad y la toma de decisiones de forma mesurada. Ampliará tu capacidad porque no tendrás que involucrarte en todas las decisiones. También servirá para aumentar la capacidad de toma de decisiones de aquellos a quienes empodera.

Jesús preparó el escenario para la colaboración cuando los envió de dos en dos. Encuentre formas de fomentar este tipo de entorno para sus equipos. Su equipo crecerá en esfuerzo, resultados, creatividad y conocimiento a lo largo del proceso.

Reflexiona sobre tus interacciones diarias: ¿Te encuentras constantemente “haciéndolo tú mismo” o te sientes abrumado por la cantidad de trabajo que tienes por delante? ¿Qué podrías delegar esta semana para liberar algo de tiempo?

4. Jesús reveló su corazón y su pasión.

Prueba Bíblica: “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros; así como yo os he amado, también os améis unos a otros (Juan 13:34 NVI).

Jesús estaba claramente en la misión de todas las misiones de salvar a la humanidad de su naturaleza pecaminosa. Sin embargo, lo que ejemplificó durante sus tres años y medio de ministerio fue su voluntad de hablar sobre su misión, compartir su corazón y dejar que otros vieran lo que más le apasionaba.

Aplicación moderna: deja que otros vean tu corazón. Mostrar pasión y entusiasmo por su visión inspirará a otros a elevarse y asumir nuevos niveles de contribución. Por lo general, los nuevos proyectos o iniciativas generan un mayor nivel de entusiasmo. Si ha pasado un tiempo desde la última vez que se sintió entusiasmado con lo que se le ha confiado a usted y/o a su equipo, podría ser el momento de reiniciar.

Reflexiona sobre tus interacciones diarias: ¿Sientes que el entusiasmo que tú y tu equipo solían tener se está desvaneciendo? Encuentre nuevas formas de reformular su visión y revitalizar a su equipo.

5. Jesús usó historias identificables (parábolas)

Prueba Bíblica: “Él les habló en parábolas…” (Marcos 4:2 NVI).

Jesús utilizó magistralmente historias para enseñar ideas complejas a través de ilustraciones que resonaron en su audiencia. Ya fuera la parábola del sembrador que explica el Reino de Dios o la parábola del buen samaritano que enseña sobre el amor al prójimo, Jesús conocía el poder de contar historias.

Aplicación moderna: como Jesús, debemos reconocer la importancia de contar historias para comunicar nuestras visiones y valores. Las historias pueden ser una herramienta poderosa para transmitir mensajes de una manera que las estadísticas y las directivas no pueden. Cuando comparte historias personales o anécdotas relevantes que ilustran sus puntos, no solo capta la atención de su equipo, sino que también los inspira y motiva, fomentando una cultura de valores y objetivos compartidos.

Reflexiona sobre tus interacciones diarias: ¿Me relaciono con mi audiencia de manera efectiva?

6. Jesús fomentó una mentalidad visionaria

Prueba Bíblica: “Porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: 'Pásate de aquí allá', y se pasará, y nada os será imposible.” (Mateo 17:20 NVI).

Este pasaje resalta el énfasis de Jesús en la fe y la visión, animando a sus discípulos a pensar más allá de lo inmediato y tangible, a visualizar lo que podría lograrse mediante la fe. Jesús los desafió constantemente a ver más allá de sus circunstancias actuales y creer en el llamado de Dios en sus vidas.

Aplicación moderna: debemos fomentar una mentalidad visionaria dentro de nuestros equipos. Se trata de alentarlos a comprender el impacto más amplio de su trabajo. Cuando las personas comprenden el “por qué” detrás de sus esfuerzos, están más motivadas y comprometidas. Crear una cultura que valore la visión y la fe en las capacidades de cada uno puede transformar la forma en que abordan los problemas, innovan y superan los límites.

Reflexiona sobre tus interacciones diarias: ¿Estamos siempre centrados en el aquí y ahora o en la tiranía actual de lo urgente? ¿O soñamos en grande y animamos a otros a creer en lograr cosas nuevas y emocionantes?

7. Jesús dirigió con empatía y amor

Prueba Bíblica: “Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado. Permaneced en mi amor”.  (Juan 15:9 NVI).

Jesús habló la verdad en amor. Al final, su amor fue tan fuerte que lo llevó a la cruz. Fue el máximo ejemplo de compasión.

Aplicación moderna:   Liderar con el mismo amor y compasión que Jesús, creando un ambiente motivador y enriquecedor. Demuestre que se preocupa por la persona, no sólo por su función. La verdadera empatía genera lealtad, fomenta la camaradería y fomenta el crecimiento.

Reflexione sobre sus interacciones diarias: ¿He expresado recientemente aprecio y amor por aquellos a quienes dirijo? ¿Ejemplo regularmente la empatía?

Conclusión

Mientras reflexionamos sobre estas siete formas en que Jesús equipó a sus discípulos, desafiémonos a nosotros mismos: ¿Cómo podemos aplicar estos principios no sólo para liderar sino también para empoderar a quienes nos rodean?

Que esto sea un llamado a la acción, a liderar con humildad, invertir tiempo en los demás, potenciar la colaboración, compartir nuestra visión con pasión, enseñar a través de la narración, fomentar una mentalidad visionaria y, sobre todo, liderar con empatía y amor.