El zar fronterizo de Trump, Tom Homan, acusa al Papa de hipócrita: "Él tiene un muro alrededor del Vaticano"
Un funcionario de la administración Trump ha acusado al Papa Francisco de hipocresía por hablar en contra de las deportaciones masivas de inmigrantes ilegales en los Estados Unidos mientras vive en el Vaticano, que está rodeado por un muro.
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Al hablar con los periodistas el martes, el zar fronterizo Tom Homan reaccionó a una carta del Papa Francisco que critica las políticas de la administración Trump. Identificándose como un católico bautizado y confirmado, Homan respondió: "Tengo palabras duras para el Papa".
Tras pedirle al Papa que "arregle a la Iglesia Católica", Homan sugirió que la movida de Francisco de "atacarnos por asegurar nuestra frontera" era hipócrita: "Él tiene un muro alrededor del Vaticano, ¿no es así? Entonces, tiene un muro alrededor para proteger a su gente y a sí mismo, ¿pero no podemos tener un muro alrededor de los Estados Unidos?"
“Deseo que se apegue a la Iglesia Católica y arregle eso y nos deje a nosotros la vigilancia fronteriza”, concluyó Homan. Los comentarios de Homan se producen después de que Francisco escribiera el martes una carta a la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos condenando la “gran crisis que está teniendo lugar en Estados Unidos con el inicio de un programa de deportaciones masivas”.
Aunque Francisco aceptó que “es necesario reconocer el derecho de una nación a defenderse y a mantener a salvo a las comunidades de quienes han cometido delitos violentos o graves durante su estancia en el país o antes de su llegada”, también escribió que “el acto de deportar a personas que en muchos casos han abandonado su propia tierra por razones de extrema pobreza, inseguridad, explotación, persecución o grave deterioro del medio ambiente, lesiona la dignidad de muchos hombres y mujeres, y de familias enteras, y las coloca en un estado de particular vulnerabilidad e indefensión”.
“Un auténtico Estado de derecho se verifica precisamente en el trato digno que merecen todas las personas, especialmente las más pobres y marginadas”, añadió el Papa. “El verdadero bien común se promueve cuando la sociedad y el gobierno, con creatividad y estricto respeto a los derechos de todos –como he afirmado en numerosas ocasiones– acoge, protege, promueve e integra a los más frágiles, desprotegidos y vulnerables. Esto no impide el desarrollo de una política que regule la migración ordenada y legal”.
Francisco afirmó que el establecimiento de una política migratoria de este tipo “no puede lograrse mediante el privilegio de algunos y el sacrificio de otros”, y agregó: “Lo que se construye sobre la base de la fuerza, y no sobre la verdad sobre la igual dignidad de todo ser humano, comienza mal y terminará mal”. El líder católico dio un mensaje a los obispos, agradeciéndoles por sus “valiosos esfuerzos” para “trabajar en estrecha colaboración con los migrantes y refugiados proclamando a Jesucristo y promoviendo los derechos humanos fundamentales”.
“¡Dios recompensará ricamente todo lo que hagan para la protección y defensa de aquellos que son considerados menos valiosos, menos importantes o menos humanos!”, exclamó. Francisco también instó a “todos los fieles de la Iglesia Católica, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a no ceder a las narrativas que discriminan y causan sufrimiento innecesario a nuestros hermanos y hermanas migrantes y refugiados”.
Francisco no es el único líder religioso que se ha pronunciado en contra de las políticas migratorias de la administración Trump en las últimas semanas.
El reverendo Jim Wallis, director del Centro de Fe y Justicia de la Universidad de Georgetown y fundador de la organización sin fines de lucro Sojourners, que trabaja por la justicia social, criticó duramente en una declaración a The Christian Post, la decisión de la administración Trump de eliminar la designación de las iglesias por parte del Departamento de Seguridad Nacional como lugares “sensibles” donde el gobierno federal no llevaría a cabo la aplicación de las leyes de inmigración.
“La administración Trump amenaza con violar los lugares sagrados de culto y prohibirles vivir sus mandamientos de dar la bienvenida al ‘extranjero’ como lo indican nuestras escrituras”, afirmó en un correo electrónico enviado el martes por la mañana. “Hacerlo es un ataque flagrante al libre ejercicio de la religión en violación tanto de la Primera Enmienda como de la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa”.
Wallis también elogió una demanda presentada por más de dos docenas de organizaciones religiosas progresistas que impugnan el cambio de política como indicativa de “un nuevo capítulo en el legado histórico de las comunidades religiosas que defienden sus obligaciones bíblicas en defensa de la libertad religiosa y la justicia para los más marginados y vulnerables”.
Kelsi Coskran, quien se desempeña como abogada principal de los demandantes, ofreció un análisis similar en una declaración sobre la acción legal de sus clientes.
“Las tradiciones ofrecen una unanimidad irrefutable sobre su obligación religiosa de acoger y servir a los refugiados, solicitantes de asilo e inmigrantes en su entorno sin tener en cuenta la documentación o el estatus legal”, explicó. “La decisión abrupta del Departamento de Seguridad Nacional de rescindir la política de lugares sensibles y someter los lugares de culto a la acción de aplicación de la ley de inmigración es una clara violación de los derechos de los demandantes bajo la Primera Enmienda y la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa”.
El reverendo Samuel Rodríguez, presidente de la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano, rechazó la idea de que las iglesias se convertirían en puntos críticos de deportación masiva en una entrevista anterior con The Christian Post. “No preveo ninguna circunstancia en la que los agentes de Inmigración y Control de Aduanas en cooperación con otras agencias de aplicación de la ley se pongan a disparar a diestra y siniestra en medio de un servicio dominical por la mañana”, dijo.
“No van a entrar en las iglesias, pero podrían estar fuera del área de estacionamiento. No en el estacionamiento, sino afuera, en el predio, fuera de la propiedad de la iglesia, buscando a ese elemento criminal que tal vez haya salido de un servicio religioso, ese pandillero o esa persona que tiene antecedentes. Esa es una posibilidad”.